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Amber 👧

Amber

Amber es una de mis historias mas largas, escrita por la petición de mi mejor amigo, quien quería ser el protagonista de uno de mis escritos y como buena amiga que soy en mi historia le di todo lo que pedía, dinero, carro y una chica hermosa, con una pizca de drama, porque una vida de color rosa no funciona para mi.  Espero que la disfruten!

P. D.: En mis entradas hay otras historias escrita para mi mejor amigo, déjenme en los comentarios el nombre del escrito , quiero ver si alguien le atina, me divertirá leerles.
Ahora si! a leer Amber!

  Un día más, soleado y cargado de horas largas y abrumadoras… todo sería tan aburrido y típico como siempre, si hoy no fuese el primer día de escuela. Una vez más volver al liceo donde no soy más que el chico que se sienta al final del aula, alejado de todos y a quien todos miran cuando desean burlarse de alguien. Y sí, soy el chico solitario, el que vive en su mundo, el mismo que no tendrá pareja para la fiesta de fin de año, el mismo que nadie quiere en su grupo de práctica de deporte; creo que solo soy;  un asiento más en ese alborotado centro educativo.

    Y de repente una voz fuerte y dulce me saca de mis pensamientos… ¡Jayyyyyy! Gritaba mi madrastra desde la cocina, y sin mucho ánimo en responder, decido ir a desayunar, pues siempre es lo mismo, todos andan con prisa en la mañana. Cuando entro a la cocina, veo como mi madrastra va llevándose a mis hermanos con el último pedazo de pan en la boca y mi padre tomando sus últimos sorbos de su taza de café; me recuerda que tengo que alimentar a las cotorras… ¡uff! Si supiera como odio las aves… o bueno, esas aves, acaso con todo el dinero que tenemos no puede pagarle a alguien para que les cuide… pero nada… sé que a él no le puedo responder, solo le miro cuando menciona mi nombre y después me dispongo a ver qué encuentro en la cocina para desayunar. Alimento a esas odiosas aves y me voy a donde no quería llegar.

       Parqueo mi bici en el lugar de siempre, pues no requiero de mi auto para ir a la escuela, en fin de cuenta, vivo a unas cuadras de esta. Y cuando llego al aula, veo que mi puesto está ocupado, por una chica que nunca antes había visto, ella era un poco más baja que yo, tenía unos ojos hermosos que me recordaba las tranquilas aguas del mar, unos labios rosas y delicados como el pétalo de una rosa, mientras que su cabello negro caía hasta sus hombros y unos flequillos que se interponían con sus pestañas; y yo me quede allí, parado como estúpido y mirando como jugaba con su celular, hasta que una chica rubia me empujo, me dijo que me quitara del medio y le susurro algo a la chica… la chica me miro y se paró de mi asiento y con su voz de ángel, me dijo.. Que le disculpara, pero que no sabía que ese era mi puesto, me sonrió y siguió a la rubia que me despertó de mis sueños; y yo, me quede parado como un estúpido, sin decir nada y simplemente observando mi asiento nuevamente vacío, hasta que escuche la voz chillona de la maestra, que pedía que tomáramos asiento.

       La mañana continuó aburrida, monótona y hasta desesperante, lo único bueno de aquel primer día, fue enterarme que aquella chica, de apariencia tan frágil y dulce era una nueva  alumna de mi salón y su nombre revoloteaba en mi cabeza, como melodía sagrada que se repetía una y otra vez; Amber, Amber, Amber….  Hasta que la voz chillona de mi maestra menciono con tal fuerza mi nombre, que me hizo caer de golpe a tierra, todos mis compañeros me miraban y se reían. Yo solo mire a la maestra y le hice un gesto que indicaba que le prestaba atención, ella prosiguió hablando… Usted y la señorita Amber prepararan una exposición sobre la reproducción sexual, que será el próximo tema a tratar en clase; yo solo hice un gesto de aceptación a pesar de lo mucho que odiaba exponer, pero por lo menos es una excusa para poder admirar a esa chica.

       Al término de la clase Amber se me acerca para acordar como nos reuniríamos para trabajar, yo le sugerí que podríamos ir a mi casa, pero ella muy dulcemente me dijo, que quizás su casa era mejor; yo en fin de cuenta termine aceptando, pues como decirle no a esos ojitos azules.

       Llegó a mi casa, dispuesto a comer e investigar todo lo necesario sobre la reproducción sexual, para que Amber viera que si me preocupo por mis responsabilidades, luego me ducho y dando justamente las 3:30 salgo de mi casa para llegar a tiempo a casa de Amber para hacer nuestro trabajo; se me hizo un poco incómodo llegar a su casa, pues me confundí entre calles, pero estacione mi auto y subí corriendo las escaleras y al tocar el timbre dieron justamente las 4:00 en punto, pensé que era un estúpido, que imagen iba a dar de la puntualidad a ese angelito, llegando así justo a la misma hora; mientras intentaba recuperar mi aliento y evitar que mis manos continuaran sudando y que mis latidos dejaran de acelerarse como lo estaban haciendo; mientras que mi cabeza se volvía un nudo; que se lío más, cuando me choque con esos ojitos azules que abrieron la puerta… ¡Hey! Llegaste justo a tiempo, dijo esa dulce voz, mientras que unos cálidos labios me daban un beso afectuoso en una de mis mejillas y me sostenía de la mano, invitándome a pasar. Y yo, con toda la carga de idiota que poseía, solo dije hola, de la forma más sonsa que pude.

       Al entrar a su casa, me quede observando cada detalle de ese cálido hogar, mientras que su voz me invitaba a sentarme al mueble, yo me senté y me quede mirándola, y descubrí  ese atuendo que llevaba, pues era un corto vestido rosa, su cabello estaba peinado en una media cola y llevaba en sus pies unas bailarinas; ella me miraba tan juguetona y yo sin saber que decir, me dispuse a sacar mi cuaderno para mostrarle lo que había investigado, ella se acercó a mí; para ver mis apuntes y me dijo que los de ellas estaban en la computadora en su habitación; yo no supe ni que decir, pues mi madre y mi madrastra me enseñaron que las habitaciones de las niñas se respetan, así que solo le dije que se llevara mis apuntes y que revisara para ver que teníamos de diferentes, ella se paró del mueble, me hizo puchero y me dijo que no fuera tan estirado y que fuera con ella a su habitación, yo no supe que decir, pues como negarle algo a esa chica tan dulce.

     Cuando entramos a su habitación, que era la última del pasillo, descubrí un mundo rosa y tan delicado y dulce como ella; ella se fue a su computadora, me pidió que me acercara y me dijo que fuera comparando nuestras informaciones mientras ella iba a la cocina a buscar algo de beber.

       Mientras ella estaba en la cocina, no pude evitar sentir como su aroma invadía toda la habitación y como cada detalle describía a tal perfección la tierna imagen de aquella chica de la cual no conocía nada; pero por la cual me atrevería poner las manos en el fuego para defenderla si fuese necesario. Me sentía como un explorador en aquella recamara, ella en la cocina buscando algo para mí; y yo, bueno, yo invadiendo su santuario privado e imaginando cosas que no debía, que podrían suceder sobre aquella cama de colchas rosas. Pero mi curiosidad era fuerte y no pude evitar reprimir mis deseos de seguir recorriendo su habitación, cuando estuve a punto de abrir una de las puertas que se encontraba cerrada,  ella entro con bebidas en sus manos y me sonrió y me tendió uno de los vasos, mientras me observaba con picardía, luego se dirigió a el escritorio y busco unos cuadernos, yo para evitar decir algo, me concentre en tomarme mi bebida, mientras veía que ella se movía en la habitación, luego ella se sentó frente a su computadora y me pregunto qué, que había encontrado de diferente en su información; yo intentaba responderle pero, me sentía adormilado y sin fuerza para sostener mi cuerpo, hasta que de repente todo se me puso negro…

        Con un tremendo dolor de cabeza y sintiéndome impotente; intento abrir los ojos sintiéndome atado de manos y pies, mientras veía que todo me daba vuelta, reconozco los bellos ojos azules de Amber, que con voz preocupada y algo emocionada, me dice… Ya despertaste Jay… y se tira en mis pecho, como dándome un abrazo, yo intento corresponderle el abrazo, cuando noto que mis manos están atada y que mis pies corren con la misma suerte, yo algo nervioso y asustado, aclaro mi garganta y le pregunto a Amber que, que está pasando, ella sonríe y me dice, para nuestra exposición lo mejor es una demostración Jay… tu y yo realizaremos el acto necesario para que se produzca una reproducción sexual; yo algo aturdido y si estar seguro; de que esas palabras salieron de los labios de aquella tierna chica, le dije ¿Qué? como si estuviera sordo… ella sonrió y solo me dijo, sí que eres tontito Jay; se paró de la cama, apago las luces, cerro las cortinas y puso una suave melodía de fondo.

       Se subió en la cama, quito la sabana que me cubría el cuerpo y descubrí que mi cuerpo; se hallaba desnudo sobre aquella cama, y yo, sudando frío sin saber si gritar o intentar soltarme de esos nudos que me mantenía sostenido a la cama, buscando en su mirada respuesta de lo que ella pretendía hacer, pensé que era una broma, que de pronto saldría mis compañeros riéndose, pero no, no lo era, en toda la casa no se escucha ni un ruido, más que la melodía de fondo que ella había puesto, y con sus dedos, acariciaba mi cabello, mientras deslizaba suavemente las puntas de sus dedos por mi rostro, bajando por mi cuello hasta posarse sobre mi pecho. Y a pesar del miedo, yo no podía evitar estremecerme, sus caricias era un juego delicado y maniático que aumentaba la temperatura de mi cuerpo, aunque en mi cerebro se hallase las ganas de salir corriendo.

       Pero ella cortó mis pensamientos, cuando su aliento jugueteo en mi barbilla y sus labios se posaron sobre los míos, no pude evitar seguir el ritmo de aquel cálido beso que cada vez se hacía más fuerte y con mayor intensidad, hasta que ella no pudo aguantar la respiración y se fue alejando de mis labios, proporcionando en ellos una suave pero precisa mordida, yo ansiaba continuar aquel beso, pero ella me envolvió a otra dimensión; mientras besaba suavemente mi cuello, bajando sobre mi pecho e intercalando cada beso con pequeñas y delicadas mordiditas; en cada movimiento que hacía, se me olvidaba que estaba atado de manos y pies y solo disfrutaba la magia que ella provocaba con tocarme, cuando se encontraba por mi ombligo, mis labios emitieron un leve gemido, ella sonrió y se dispuso a pararse sobre la cama, mis ojos las siguieron hasta que chocaron con los de ella, ella me pico un ojo, me tiro un beso, sonrió y fue quitándose poco a poco ese corto vestido; yo intente descubrir cada curva de su cuerpo con mi mirada, pero la oscuridad de la recama, solo me permitía ver pequeños detalles y los muchos otros, se lo imaginaba mis pensamientos.

       Ella volvió a posarse sobre mi cuerpo, esta vez colocando su cuerpo desnudo sobre el mío, yo sentía como cada parte de nuestro cuerpo se ponían en un estrecho contacto, provocando sentir como el calor de nuestro cuerpo se unían, y yo; yo me estremecía con cada movimiento que ella realizaba y solo deseaba poder estar libre para poder abrazarla y acariciarla así como ella lo hacía, pero mantenerme reprimido y totalmente privado de la libertad de movimiento, me hacía disfrutar más el momento, me sentía como el prisionero de una loca tarde de pasión y me gustaba, pues era descubrir satisfacciones que nunca pensé que descubriría y menos con una chica tan bella y tierna como Amber… ya cuando nuestros cuerpos se hicieron uno y quedamos envuelto en el frenesís de las pasión que nos envolvía, llegando al éxtasis y al más completo nivel de satisfacción de nuestra existencia, donde los gemidos se perdía con la melodía de fondo y el sudor de aquella dulce batalla era lo que nos cubría, ella se recostó sobre mi pecho, yo sentía su respiración agitada y el movimiento de su pecho debido a sus latidos acelerados, más el jugueteo de sus dedos sobre mi pecho, era extraño el juego de emociones que sentía, pero a pesar de todo, disfrutaba tenerla allí, tocándome y tan cerca de mí.

       Cuando estuvimos a punto de quedarnos dormidos, ella dio un salto de la cama, me dio un beso y me dijo que me tenía una sorpresa; abrió una de las puertas de su habitación que mantenía cerrada, este era como un armario, ella busco y saco una tela rosa envuelta… muy sonriente me dijo, que allí ella tenía lo más dulce y divertido de toda su casa, mientras dibujaba una divertida sonrisa en su rostro, mientras que sus ojos se achinaban a causa de esa gran sonrisa, yo fije mi mirada en aquella tela rosa que ella iba desenvolviendo poco a poco, yo tenía ansias de saber lo que era, hasta que en sus pequeñas manos, percibí la presencia de un mango de un cuchillo. El color de mi piel se tono pálida y mi pecho comenzó a latir rápido, bajo miedo y presión; las palabras no me salían y solo la veía juguetear con aquel cuchillo de un lado para el otro, como si le diera mucha satisfacción llevar aquel utensilio como su juguete predilecto.

       Cuando logre mencionar palabra, solo le pregunte, ¿Qué para qué era eso?... ella sonrió y me dijo, para usarlo contigo mi lindo tontito, sus palabras sonaban dulce e inocente, lo que me causaba un gran escalofrió… yo con la voz entre cortada, le dije… ¿Que como lo usaría?... ella soltó una carcajada un poco maniática y respondió, ya verás mi querido Jay, ya verás… y mientras caminaba en la habitación de un lado para el otro, mirando su juguetito favorito y que por momento pasaba ese frió metal por alguna parte de mi cuerpo, logrando haciéndome sentir pánico y dejándome inmóvil… después fue y se sentó sobre la cama a mi lado y dijo… Ay Jay!! Yo no quiero hacerte esto, no sé, tú eres un lindo chico, y ¡Wow! Eres obediente y la pase muy rico contigo, pero, es que debo… ¿tú me entiendes, verdad? Sabes que tengo que hacerlo, sabes que ya no tengo marcha atrás, he hecho esto con cada uno de mis chicos, pues;  cada huella en mi cuerpo, es una huella para mi lindo juguetito… y he jurado, que cada vez que una huella pase a mi cuerpo, debe pasar a mi cuchillo y si no pasa esa huella, tendré que pasar yo… no sé si entiendes, pero… eres tú o yo, pero mi cuchillito necesita de alguien.

       Yo solo la miraba en silencio, mientras veía en mis pensamientos como ese cuchillo penetraba alguna parte de mi cuerpo, quería buscar la forma de salir corriendo, buscar la forma de como liberarme, de cómo poder gritar tan fuerte para que alguien me liberara, pero no, sabía que todo era absurdo, sabía que ya no tenía escapatoria, pues Amber era dulce, tierna pero sobre todo, estaba loca…. Así que lo mejor era callar, tragarme mi desesperación y esperar lo que sea que esperaba… y ella, me mirada muy detenidamente, así como una niña mira a su muñeca favorita cuando se ha quebrado… ella solo me dijo, no sé qué me ha pasado contigo, a todos los demás le llega su momento rápido, pero contigo, no puedo, me siento impotente; ella deja de hablar, y deja que la melodía de fondo sea lo único que se escuche; mientras cierra sus ojos y de repente, ella pasa su cuchillo sobre mi cuello con gran velocidad, yo cierro los ojos, y escucho un gemido de dolor y como el cuchillo suena al caer al suelo.

Lucy Pgrr


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