Me paro de la cama algo desorientada, el calor ya se había llevado lo poco de cordura que me quedaba, entro al baño toda soñolienta y me voy quitando mi batita de seda blanca, con ellas también mis tangas y entro algo temerosa en la ducha, es como si dudara de querer mojarme con esa agua fría, abro la regadera y me entro bajo el caño de agua helada, siento como se me eriza la piel por el brusco contacto, pero rápidamente mi cuerpo asimila el contacto con el agua. Me quedo bajo el chorro de agua un largo rato mientras esta se desplaza por mi piel y voy deslizando mis manos por mi rostro para quitar un poco el exceso del agua y seguido voy acariciando mi piel, imitando la delicadeza de las gotas de agua que se desliza sobre ella, luego de que entro en conciencia de que me estoy duchando, tomo la esponja de baño y el jabón; y comienzo a pasar la esponja por mi cuerpo de una forma firme pero suave y de forma torpe dejo caer jabón en mis ojos y me echo abundante agua para eliminar el ardor, y de igual torpeza también dejo caer la esponja de baño , así que me dispongo a seguir restregándome con mis manos, siento como esta vez, esta se desliza con más suavidad sobre mi cuerpo; gracias al contacto del jabón, y lo voy haciendo despacio; como disfrutando cada movimiento y evitando que ni un centímetro de mi cuerpo se quede sin ser lavado.
Pero mi contacto cada vez se hace más cuidadoso y decidido; y mi cuerpo empieza a reaccionar diferente, ya mi ducha se tornó más significativa y mi cuerpo empieza a sentir calor nuevamente, pero esta vez no es por la temperatura del ambiente, es por algo más; por una necesidad que se abre paso a ser saciada. Vuelvo y abro la llave y entro bajo el agua, haciendo que esta valla deslizando todo el jabón de mi cuerpo mientras mis manos van acariciando mi rostro de forma inconsciente y al rozar mis labios es inevitable el deseo de chupar dos de mis dedos con gran intensidad, pero bien despacio, cuando me siento satisfecha con dicho acto, sigo deslizando mis manos por mi cuello, inclinando un poco la cabeza para poder sentir bien el roce de ellas y poco a poco van bajando a mis senos, donde van haciendo un camino circular sobre la areola hasta llegar a mi pezón, el cual se tornó duro y ansioso de más roce, luego de una estadía considerada sobre mis gemelas, sigo deslizando mis manos la cual pasa por mi ombligo y el contacto de ellas más del agua deslizándose en mi vientre hace que mi cuerpo vibre y voy bajando un poco más hasta ya llegar allí, tan cerca de mi clítoris, que con tan solo un roce reclama más, al tocarlo, le siento un poco más grande, como hinchado y con mi dedo índice comienzo hacer movimientos circulares sobre este, mi cuerpo se pone cada vez más intenso y de el sale sin medida un gemido de mis labios, ya mi cuerpo lo siento vibrar y cada vez pide más satisfacción, así que me olvido del chorro de agua y me dejo inclinar sobre la pared y deslizo dos de mis dedos a través de mi vagina, mientras continuo haciendo círculos sobre mi clítoris, los gemidos salen sin medidas de mis labios y el movimiento de mis dedos dentro de mi vagina se hace cada vez más rápido; hasta que de repente llego a un nivel de placer que hace que todo mi cuerpo tiemble y me quedo allí unos segundos sin moverme, solo disfrutando de aquella sensación y sintiendo mi agitada respiración.
Me llevo mis manos hacia mi rostro, el cual siento
arder y a pesar de estar todo mojado; siento como si quemara y a la vez un
líquido viscoso y tibio sale de mi vagina en pequeña cantidad, dándome a
entender el mar de placer de aquella simple ducha.
Lucy Pgrr
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