Me pare de la cama sin esperar toparme con nada diferente a lo ordinario, pero me encontré con él frente a mí y en su rostro se podía percibir la misma expresión de sorpresa que posiblemente también reflejaba el mío, pero solo me quede viéndole intentando entender lo que era, un ángel o un demonio, un muerto o un fantasma, en verdad es que millones de cosas pasaron por mi cabeza en cuestión de segundos y yo sintiéndome atada sin poder hacer nada, sintiéndome pegada al piso con el cuerpo congelado y con los labios inmóviles, lo único que se mantenía en movimiento en mi cuerpo era mi corazón palpitante, que se sentía como si quisiera salir corriendo de mi pecho y esconderse de aquella criatura misteriosa y al parecer mi respiración acelerada quería hacer lo mismo; pero él seguía allí, parado sin decir nada, solo mirándome y quizás sintiendo las mismas situaciones que experimentaba mi cuerpo, pero quizás diferentes, porque su cuerpo no parecía cuerpo o al menos no como el mío, ya que a través de él podía percibir mi póster de Grande en la pared, mientras que mi cabeza no dejaba de pensar en miles de cosas aterradoras y mis labios recobraron su movimiento de repente y pronunciaron palabras al azar sin que yo pudiera razonarlas: ¿Qué eres?, ¿Quién eres?, ¿Qué quieres?, ¿Por qué estás aquí?... y antes de decir algo más mis manos callaron mi boca para que dejara de hablar, ya que con cada pregunta él se tornó diferente, abrió sus grandes ojos e inclino un poco la cabeza y se dispuso a caminar hacia mí; y mi corazón comenzó a palpitar con mayor intensidad y un escalofrío recorría mi cuerpo, mientras cada músculo se tensaba cada vez más al verlo acercándose a mí y cuando ya lo tenía a menos de un metro de distancia cerré mis ojos con fuerza intentando hacerlo desaparecer y oculte mi rostro entre mis manos, mientras temblaba del miedo y mi cuerpo permanecía aún inmóvil, congelado en el mismo lugar, pero unos segundos después no sentí nada y fui bajando mis manos poco a poco mientras abría mis ojos para saber donde estaba, y lo encontré allí, con su rostro casi tocando el mío y cuando un enorme grito amenazaba con salir desde el fondo de mi garganta, el sonido de la alarma lo silencio.
Lucy Pgrr
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