Eran las 10 de la noche; de un jueves normal y rutinario, pero de repente algo corto la electricidad de la policlínica donde realizaba mi pasantía, y la noche se puso algo tenebrosa pero para empeorar las cosas, afuera retumbaban los arboles, por oleadas gamas de fuentes vientos, todo señalaba que se acerca una tormenta, me dio escalofrió escuchar truenos de repente, y la tormenta se asomaba con una marcada velocidad; que me hacia estremecer hasta los pensamientos.
Hasta que brinque del susto cuando un rayo cayó justo al
lado de la policlínica donde estaba y logro hacer que cayera un árbol, que
ocasiono un ruido estruendoso, mi compañero que estaba en la habitación
continua a la mía, se apareció de repente en mi cuarto, solo llevaba unos
boxes, y en su cara se notaba el horror que sentía y entre susurro de pánicos
me dijo…
¿Me puedo quedar contigo? Su voz era temblorosa; como la de un niño asustado, así que solo le asentí con la cabeza y el todo asustado fue y se sentó junto a mí en la cama, y con sus manos temblorosas, apretó con fuerza el extremo de la sabana, yo la verdad no sabía qué hacer, también estaba un poco asustado, pero no tanto como él, y quería consolarlo, pero no sabía qué hacer o decir, solo se me ocurrió tomar mi celular y poner un poco de música, pero valla sorpresa la mía, solo tenía 15% de carga, pero aun así, opte por colocar música a todo volumen, la cual a penas se escuchaba, porque afuera no paraba de llover, y el susurro del viento cada vez eran más fuerte, y mi compañero sentado a mi lado, ya había empezado a mojar sus ojos, y yo intentado ser un poco menos torpe, busque mis auriculares y me acerque un poco más a él, le di uno y yo me puse el otro, la verdad es que esperaba tranquilizarle y por suerte fue dando resultado, hasta que de repente mi celular se termino apagando y el y yo nos quedamos los dos a oscuras y en silencio uno al lado del otro.
Pasamos unos segundos sin decir nada, hasta que otro trueno nos saco de nuestro pensamientos, mi compañero dio un salto y me agarro del brazo, escondiendo su cara sobre él, yo solo tuve el instinto de abrazarlo y acurrucarlo sobre mi pecho mientras le susurraba que todo iba a estar bien, pero me llenaba de dulzura sentir como temblaba en mis brazos, así que solo lo abrace más fuerte y con uno de mis pulgares empecé a acariciar su espalda, la verdad es que no estaba pensando que tenia a otro chico en mis brazos, solo quería protegerle y a la vez, estaba disfrutando de este momento… y a pesar de que ya los fuerte vientos habían cesado y que solo quedaba una continua y ya acostumbrada lluvia, yo no quería apartarlo de mi y al parecer el tampoco quería apartarse.
Pero de repente un escalofrió recorrió mi cuerpo; al sentir
sus dedos acariciando mi abdomen, mi corazón empezó a palpitar con fuerza y mi
piel se engranojaba al sentir cada caricia, y sentía como la duda se apoderaba
de mi cerebro, entre un detén esto y entre déjate llevar, pero el disfrute de
este momento era más fuerte que cualquier miedo y me quede allí, sintiendo los
movimientos de sus manos al acariciarme y como su pecho también empezó a
sobresaltarse así como el mío, y su respiración había cambiado de tranquila a
agitada nuevamente, pero sabía que esta vez no era por la tormenta, pero sus
manos me volvieron a sacar de mis pensamientos al sentir que descendía sobre mi
abdomen, posándose sobre mi muslo derecho, sentí como mi corazón salto al
sentir que ella volvía a moverse dirigiéndose a mi entrepiernas, mientras que
yo no sabía si era consciente de mi, pero anhelaba algo mas, ya varias veces
había mordido mis labios inferiores y ya mis labios necesitaba un ardiente
beso, así que moví un poco mi cuerpo y tome su rostro y con los ojos cerrado
descubrí la calidez de sus labios en un sutil beso, pero él fue un poco más
decidido y me llevo a descubrir la tormenta que él llevaba dentro, al besarme
con tanta furia, donde ahora el que temblaba por aquella tormenta era yo.
Lucy Pgrr
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