Tengo tantas dudas y
preguntas, tantos miedos y tristezas y ninguna de ellas reciben respuesta o una
explicación, me paso la vida intentando entender ¿Qué tan real fue lo que
decías sentir por mí?, ¿Qué tan real fueron tus palabras de que siempre
estarías allí para mí?, ¿Qué tan cierto fue, que serías mi hombro
para llorar cuantas veces lo necesitara?, ¿Qué tan verdadera eran tus palabras
de que nunca me abandonarías?, si mis tristezas florecen cada día más y a ti no
te veo por ningún lado, que tan falso has sido en decirme que siempre estarías
allí cuando te necesitara, si cada día la única que conoce mis lágrimas y que
se aferra a mi cada vez un poco mas es mi almohada empapada de lágrimas y la
que silencia mis sollozos. Te perdiste en tu mundo, en tu realidad y te
olvidaste de lo que me prometiste y lo que me repetiste una y otra vez, pues
cada día sabía menos de ti, cada día me sentía más sola y así esperabas que
cada vez que me escribieras o me buscara yo estaría aquí esperándote con una
sonrisa en los labios, con los brazos abierto y dispuesta a escuchar todos tus
pesares, ¿Pero y los míos donde quedaron?, ¿Donde quedo la realidad que me
hacia un nudo en la garganta cada vez más fuerte y que oprimía cada vez más mi
pecho?, donde poco a poco simplemente deje de hablar, simplemente me dispuse a
escuchar, a intentar dar las palabras de aliento que yo nunca recibía.
Y así se repetía la misma historia cada vez un poco menos, ya mi presencia no era necesaria en tu vida y aparecías solo cuando estabas aburrido o quizás cuando te sobraba un poco de tiempo, me buscaba solo para tu beneficio, para que escuchara cada una de las cosas que quizás no le decías a nadie más; yo solo era ese paño de lágrimas que se usaba a veces, cuando las circunstancias, el tiempo y tu vida te permitiera volver, y esperabas que yo estuviera aquí, dispuesta como siempre; con la mejor cara, pero que ha pasado cuando de repente mi dolor me ha sumergido completamente, cuando ya no soy más que tristeza y llanto, cuando ya no estoy dispuesta a escuchar y solo puedo dar respuestas cortas y sin interés, ¿Ahora vienes a cuestionarme?, ¿Ahora te sientes herido, rechazado y con las puertas cerradas?, ¿Ahora te preocupa en lo que el tiempo y la soledad me ha convertido?, ¿Ahora quieres entrar?, ¿Pero y ahora para qué?, ahora ya he aprendido a vivir sola conmigo, ahora no necesito que nadie me escuche porque he aprendido a recobrar mis fuerzas sola sobre mi cama, envuelta como un niño asustado y temeroso, que se aferra sobre su almohada ocultando su sollozó y derramando las lágrimas que el cuerpo le permita derramar, hasta que el cansancio o el dolor le permita cerrar sus ojos por completo y ya dormido no llegue a sentir ningún dolor, ahora solo soy ese niño asustado a quien no le importa la hora o el lugar; donde sus lágrimas se deslizan por sus mejillas sin importar nada, donde solo me repito una y otra vez, relájate, todo estará bien, la esperanza mas vacía y vana que puedo darme, pero es la única que tengo y que siento que siempre voy a tener, ahora esta es mi verdadera realidad y no requiero de sus palabras falsas de amistad y mucho menos de su compasión, no necesito que ahora quieran respuesta y me bombardeen de preguntas si cuando estaba , nada de eso le importo.
Lucy Pgrr
0 Comentarios