Querida Amiga

     Discúlpame por lo que te diré en estas líneas, pero es que no pude evitarlo, no pude evitar ilusionarme de esa forma tan dulce en que me miras, de esa sonrisa cargada de ingenuidad que deslumbrabas en cada momento, de esa forma en que arrugabas la frente cuando te enojabas y ese juego de gestos que hacías con los labios y la mirada cuando te emocionabas y querías ocultarlo, pero mucho menos pude evitarlo cuando por esas cálida mejilla se deslizaba tan cruelmente unas frías e irrespetuosas lagrimas que ocultaban tu brillo por esa triste y opaca melancolía.

       Pero como podría evitarlo, si en cada momento que pasábamos juntos era una terrible mezcla de emociones, pues me encantaba verte sonreír y hacer mil y una estupidez para poder observar cómo se iluminaban esos grandes ojos café combinada con esa gran sonrisa, pero también me encantaba hacerte enojar y ver como cada musculo se tensaba por la furia y no te negare que más de una vez me imagine como tu sangre se enfurecía en tu cuerpo y de las diferentes formas en que yo podía calmar esa sensación, pues hasta me gustaba esas veces en la que me decías con tanto orgullo y con esa pizca de travesura y rebeldía “Te lo dije” y yo solo te sonreía aguantando las ganas de acorralarte a mi cuerpo y besar continuamente esos labios tentadores.

       Pero mucho menos, pude evitarlo en cada uno de nuestros cálidos y encantadores abrazos y esa forma en que acariciabas mi cabello y deslizabas tus delicados dedos por mi mejilla cuando me recostaba sobre tus piernas con la boba escusa de que estaba cansado y falta de cariño. Pero dime tu ¿Cómo podía evitarlo? Si cada vez que necesitaba de una amiga que me escuchara y que me aconsejara, allí estas tu dispuesta a escuchar mis tonterías y a brindarme tus sabios consejos y por estas y muchas más razones que no se si debería mencionar, me ilusione y me enamore de ti.

       Y perdóname mi dulce amiga, pero siento que traicione tu amistad, siento que he arruinado algo que pudo a ver durado para siempre, pero por mi estúpido deseo de sentirme amado, y de los sueños de querer vivir contigo por el resto de mi vida, por las ganas de no perderme ni uno de tus cambios de humor y por la emoción de poder verte rellenita y con un pequeño mocoso entre tu vientre que sea el producto de todos los sueños y deseos que me he reprimido. Y sabes, ahora no te negare que siento miedo de perderte. Justamente ahora que he intentado confesarte la verdad que te he ocultado.

       Pero te amo, mi Querida amiga.

Lucy Pgrr