Y de repente un abrazo se convertía en la mejor forma de viajar a lugares inesperados, pues entre sus brazos me perdía a un mundo desconocido que me llenaban de deseos inevitables y de misterios que se apoderaban de mi pecho y aumentaban mi palpitar a un ritmo acelerado, que se perdía sobre su pecho y a la vez se mezclaban con sus pálpitos, y esta mezcla se convertía en la melodía más sublime que en esos momentos podía escuchar y a la vez disfrutar. Y cuando ya me quedaba soñolienta e inconscientemente me alejaba de sus brazos, con firmeza me acercaba con más fuerza, haciéndome volver a la realidad de mi mundo y sintiendo el juego de su aliento en mi cuello y el susurro que su respiración forzosa emitía con dulzura; haciéndome sonrojar y brindar una sonrisa un poco tímida y cargada de ingenuidad.
Lucy Pgrr
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