Y yo; caminaba por la misma calle de siempre, por la misma donde no ocurría nada nuevo y nada interesante; siempre era el mismo sol y las mismas piedras bajos mis zapatos; las mismas casas a mi derecha y a mi izquierda, los mismos niños escandalosos de siempre jugando algún juego sin sentido, y yo, con mi misma corbata azul marino, mi traje gris y la misma cara de pocos amigos; en el trayecto de siempre, con auriculares puestos y la mirada hacia el suelo, mientras se repetían las mismas canciones.
Pero el contacto de alguien me hizo cambiar mi rutina; y sin pensarlo; me pare golpe, levante mi rostro y moví mi cuerpo en dirección al lugar donde estaba la persona que cambio mi monotonía, y sin esperarlo, mis ojos se abrieron más grande de la cuenta cuando chocaron con esos ojos grises que me miraban llenos de vida, mientras sus labios rosas se movían; yo no supe lo que decían, pero aun así mi corazón empezó a latir mas fuerte cuando sus manos suave retiro uno de mis auriculares, y en ese preciso momento reaccione de mi falta de educación y me retire el otro auricular rápidamente mientras le pedía disculpa, y entonces ella sonrió y volvió a hablarme, y esta vez su voz de ángel me hipnotizo como canto de sirena y reaccione como un retardado a su pregunta; sin estar muy consciente de la respuesta que le di, ella volvió a sonreír y sentí como un puñado de pulsaciones se sentían en mi vientre, me dio las gracias y continuo su camino, y yo me quede allí, un poco más estúpido que antes; pero con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes, esa nena me revivió los sentidos en tan solo unos segundos y mi única esperanza; es volvérmela a encontrar.
Lucy Pgrr
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